La conversión no es una mera contención de la corrupción por medio de la educación, las leyes humanas o la fuerza de la aflicción. Es un error muy común y sencillo confundir la educación con la gracia; pero, si esto fuera suficiente, ¿qué hombre mejor habría que Joás? Mientras su tío Joiada vivía fue muy solícito en el culto a Dios, y llegó a pedirle que reparara la casa del Señor (2 Reyes 12:2, 7). Pero durante todo ese tiempo no se trató más que de buena educación, puesto que, a la muerte de su
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